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El negativo de un cajón



La fotografía es un trozo del cajón de los juguetes de mi hijo. Al verla con este efecto, no puedo dejar de pensar que, en cierta forma, debe parecerse al fondo de sus sueños. Ese momento en el que se encuentra sumergido en el caos de su cerebro repleto de imágenes, sensaciones y momentos vividos del mismo día. Cuando da un respingo o se ríe en medio de la noche, creo que debe haberse encontrado con el velociraptor queriendo morder la cola al tiburón, o algo parecido.
A veces le digo: "Mira Marco vamos a poner los animales por un lado, los superhéroes por otros..etc". Pero no hay manera. Al final parece que todos acaban acomodándose y acoplándose de nuevo en ese orden que a algunos adultos les parece molesto.
Pienso que la confusión a simple vista, define sin embargo, un preciso estado de lucidez en su cabecita que siempre me sorprende. Es como si sólo él conociera las reglas de las pautas internas -las que conducen el desorden- y que le dotan de brillantez y coherencia. Eso explica que sepa exactamente donde se encuentra el oso pardo, distinga en pocos segundos las manos del gorila, o que el barco tenga a punto el bote salvavidas, por si acaso.


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